Real Cartagena

martes, 15 de abril de 2014

Amor incondicional, amor por el Real Cartagena

¿Dónde quedaron aquellas tardes cuando estábamos en primera división y mi viejo me llevaba a ver al equipo del cual me hizo hincha –y le voy a estar agradecido hasta el día que me muera- donde está mi REAL CARTAGENA, TU REAL CARTAGENA, NUESTRO REAL, NUESTRO EQUIPO?

El Real Cartagena está en una curva descendente desde hace un par de años, un club manejado por un señor, -si es que se le puede llamar de esta manera- al cual no le interesa la ciudad, ni su gente, ni el verdadero hincha del Real, ni mucho menos el equipo. Un empresario sagaz, astuto que ha sabido apoderarse de un club de futbol para convertirlo en un negocio de familia, encabezado por su padre. El Real, nuestro Real, si, digo bien, NUESTRO, de la ciudad, de Cartagena; es el equipo con más títulos en la primera B del futbol colombiano pero a su vez, es el de más descensos en el mismo; un total de 4 en los últimos 20 años. (1992, 2002, 2007 y 2012).

Muchos jugadores de enorme condición han pasado por el cuadro heroico durante estos años, al igual que técnicos de una gran trayectoria y un prestigio que se han ganado en otros clubes. Nada de esto ha podido evitar el fracaso del Real Cartagena como institución de la mano del ya mencionado Rodrigo Rendón del cual no quiero perder el foco en esta humilde opinión que quiero expresar. Mucha gente se queda con el subcampeonato del 2005, y si, no se puede negar que fue un momento, quizás el único, de felicidad que ha vivido el verdadero hincha del Real, digo bien, el VERDADERO HINCHA, no aquel que pugna y grita a los cuatro vientos ir al estadio o ser un fiel seguidor del equipo solo cuando está en una buena situación futbolísticamente hablando.

Este verdadero hincha del cual hago alusión, es el que realmente sufre por la penosa y nefasta situación actual del equipo de sus amores, y seguramente ha penado y llorado por los constantes descensos del mismo. Se preguntaran, ¿A quién me refiero? Aquellos muchachos a los que no les importa no tener para el transporte, e incluso no tener un peso para comer y hacen todo lo posible por comprar una entrada para ver a su amado equipo. Aquellas familias que van juntas al estadio, Aquellos padres que llevan a sus nenes a la cancha (como lo hizo mi viejo conmigo), a los periodistas cartageneros que

realmente apoyan al equipo, ya sea relatando o comentándolo; a todas estas personas me refiero cuando hablo del verdadero hincha (si se me escapan algunos pido disculpas), aquel que SIN VIOLENCIA, reclama que le devuelvan el equipo de su ciudad, el club de futbol del cual se enamoró y que moriría por verlo campeón algún día.

Saliéndome un poco de la nostalgia que siento y que me es muy difícil evadir, quiero volver a Rodrigo Rendón y ya que no puedo hablarle personalmente, quisiera hacerlo a través de esta carta abierta. “Usted, señor presidente de nuestro amado club, así no lea esto quiero decirle que no le deseo el mal de ninguna manera, usted que dice ser cristiano y creer en un Dios que todo lo puede y que todo lo ve, debería tener un poquito de dignidad y vergüenza para retirarse en silencio de un club al cual ya le hizo mucho daño. Debería ser un poquito noble e inteligente para devolverle la institución a su hinchada, a su ciudad, esa que pide a gritos un cambio profundo para volver a sonreír como lo supo hacer algún día. Mi intención no es insultarlo, por el contrario, con el más humilde respeto me dirijo a usted así no le interesen mis palabras llenas de dolor y en las que sé que se ven reflejados muchos cartageneros, que al igual que yo, aman el futbol pero sobre todo aman al Real Cartagena. No siendo más, que Dios lo bendiga; espero que reflexione y tenga el valor suficiente para admitir sus errores algún día, ya que aquel hombre que lo hace, tiene más huevos que aquellos que viven en una burbuja engañados por sus propias convicciones”.

Por último, con un sinnúmero de sentimientos encontrados y con un montón de cosas por decir pero que me llevaría mucho tiempo escribir, quiero invitar al hincha fiel de nuestro equipo a que apoye a la institución, a que no lo abandone en este momento, a que sin importar quien esté a cargo de ella y dejando de lado el orgullo, el resentimiento y la impotencia, se enamore más y más de sus colores cada día que pasa, digo bien, de sus colores. No me interesa cuando me cargan diciéndome que soy hincha de un equipo chico y que somos de la B, no soy como aquellos cartageneros que se vuelven hinchas de Junior, Nacional, América, Medellín, etc. Por el hecho de que han sido muchas veces campeones y son catalogados como equipos grandes. No señores, yo no funciono así, mi viejo me hizo hincha del REAL e hincha del REAL voy a morir.

Como bien dice la canción, “El día que me muera... yo quiero mi cajón, pintado de auriverde como mi corazón.” A mí no me vengan con eso de ser hincha de otro club, Auriverde nací y auriverde moriré. No siendo más, y con lágrimas en los ojos al escribir esta humilde carta en condición de hincha y la cual espero volver a redactar algún día en una mejor situación en condición de periodista, a la distancia espero que todos los hinchas del Real puedan leer esto y se sientan identificados. No quiero ganar fama ni muchos menos, simplemente no encuentro otra manera, debido a la distancia que me separa del equipo y de mi ciudad, de desahogarme por todo el dolor, la impotencia y el sufrimiento que siento al ver que el equipo que amo se cae a pedazos y no hacemos nada para salvarlo. Insisto, me gustaría hacer más pero no puedo más que esto. ¡Que Dios los bendiga! Saludos.

Cristhian Lavis.

Estudiante de Periodismo deportivo, Univ. De Palermo.

Buenos Aires, Argentina.

Abril 15/2014

No hay comentarios:

Publicar un comentario